miércoles, 11 de enero de 2017

MONGOLIA

Mongolia es un país soberano, sin acceso al mar, situado entre las regiones de Asia Oriental y Asia Central. 

En los primeros años de la década de 1990, la economía de Mongolia experimentó una importante transformación, pasando gradualmente de ser un sistema de planificación central a una economía de mercado. Los efectos económicos de los cambios fueron muy variables, introduciendo un cierto grado de desorden en la actividad económica, muy dependiente de la minería, de la ganadería y de las ayudas externas.
La economía de Mongolia ha sido una de las de más rápido crecimiento del mundo entre 2011 y 2013, resultado de las fuertes inversiones realizadas en el sector minero y de las exportaciones de minerales. En 2014, el PIB creció el 7,9% interanual frente al 11,7% en 2013, atribuible en su mayor parte al desplome del 80,7% de la inversión extranjera.
En 2015, el crecimiento económico registró una fuerte desaceleración hasta el 2,3% interanual desde el 7,9% en 2014, por unas políticas macroeconómicas menos expansivas que en años anteriores, la caída de los precios de los minerales y la fortaleza de la moneda, que perjudicaron a las exportaciones, y la caída de las inversiones extranjeras en un 33,8% interanual. La segunda fase del mayor proyecto minero del país, la mina de cobre y oro de Oyu Tolgoi, prácticamente no avanzó a lo largo del año, condicionado por la financiación y los permisos medioambientales. Además, la multinacional Río Tinto, que tiene los derechos de explotación, no parece tener gran interés por avanzar dados los bajos precios actuales del cobre en los mercados internacionales.
Analizando el crecimiento del PIB en 2015 por el lado de la oferta, tenemos una reducción en todos los sectores, aunque se mantuvo alto en la industria, que contribuyó en 2 puntos porcentuales al crecimiento, y en la agricultura, que creció un 10,7% y contribuyó en 0,9 puntos al crecimiento. La producción industrial creció un 8,8%, sin embargo la caída del 1,4% en la construcción redujo el crecimiento en el resto de la industria al 0,6%. El crecimiento del sector servicios se contrajo un 1,1%, restando 0,7 puntos porcentuales al crecimiento del PIB. Por el lado de la demanda, la contracción de la inversión un 22,7% restó 9,9 puntos porcentuales al crecimiento. El crecimiento del consumo disminuyó un 4,6% por la caída del consumo público, reduciendo su contribución al crecimiento del PIB en 3,2 puntos porcentuales. Las exportaciones netas, contribuyeron en 9,1 puntos porcentuales al crecimiento.
En 2015, la inflación se redujo al 6,6% interanual desde una tasa del 12,8% en 2014. Diversos factores contribuyeron a la reducción de los precios, como la bajada de los precios de los alimentos, que tienen un gran peso en el índice de precios al consumo, la contracción de la demanda interna y la política monetaria restrictiva.
 El Banco de Mongolia ha recurrido frecuentemente a recortes de los tipos de interés como medida para hacer frente a las tensiones inflacionistas. En 2014 y 2015 subió los tipos de interés en dos puntos y medio porcentuales en total, del 10,5%, hasta el 13%. 
Las previsiones de crecimiento no son muy favorables, a pesar de los abundantes recursos minerales con que cuenta Mongolia. El país debe hacer frente a presiones de balanza de pagos y de capital por el bajo nivel de inversión extranjera directa y de los precios de las materias primas. Además, la deuda pública ha crecido significativamente, en términos nominales equivalente al 77,4% del PIB en 2015, y hay recelos sobre la situación del sector bancario, que ha llevado a cabo una rápida expansión del crédito en los dos últimos años.
Mongolia tiene una economía predominantemente de servicios, contribuyendo este sector en un 50% a la formación del PIB. Por otro lado, el sector minero tiene un gran peso en la actividad económica, ya que el país cuenta con unas de las mayores reservas mundiales de cobre, y además tiene reservas considerables de carbón, petróleo y de otros minerales, como zinc, hierro y oro . Por ello, la actividad económica es muy sensible a la evolución de los precios.
de los minerales en los mercados internacionales, sobre todo del cobre, y a la Inversión Extranjera Directa en la minería. La fuerte desaceleración económica registrada entre 2008 y 2010 se debió más a la caída de los precios del cobre en los mercados internacionales y a la reducción de la inversión extranjera en la minería que a los efectos de la crisis financiera internacional. Entre 2011 y 2013 la economía de Mongolia registró crecimientos interanuales del PIB de dobles dígitos coincidiendo con las fuertes inversiones extranjeras realizadas en el gran proyecto minero de de Oyu Tolgoi. Por el contrario, el desplome de la inversión extranjera directa, relacionada con la inversión en los proyectos mineros, en 2014 y 2015 ha sido el principal responsable de la fuerte desaceleración del crecimiento económico registrado en los dos últimos años.
Estos resultados muestran la alta correlación del crecimiento económico de Mongolia con la evolución de la demanda internacional de los minerales que extrae, especialmente cobre y carbón. Según algunos analistas, este impacto podría resultar dramático si no se toman medidas para corregir la balanza de pagos y para equilibrar los presupuestos del estado, ante la incapacidad de los bancos nacionales para financiar al gobierno.
El índice de Gini para Mongolia es de 33,1, lo que significa que el país se encuentra dentro de la media mundial de distribución de renta, con una distribución parecida a la de muchos países desarrollados, como España, aunque con una renta muy inferior. En concreto, el PIB per cápita en 2015 fue de 4.280 dólares. En 2015 se estimaba que un 21,6% de la población vivía por debajo de la línea de pobreza. 
Mongolia es muy dependiente de la exportación de minerales. Las exportaciones de cobre concentrado, carbón, hierro y crudo de petróleo significaron en 2015 el 74% de sus exportaciones totales y el 85% de las exportaciones de minerales. El precio internacional de estos productos y su demanda están altamente relacionados con la evolución de la economía mundial y, especialmente, de la de sus vecinos, lo que hace muy vulnerable a la economía de Mongolia. A su vez, Mongolia depende de fuentes de energía externas. Alrededor del 20% de sus importaciones son combustibles, gasolina y aceites minerales, en su mayoría procedentes de China y Rusia.

Todos los datos numéricos han sido sacados de la página del Banco Mundial. 

martes, 10 de enero de 2017

EL TRATADO DE UTRECHT

El día uno de noviembre del año 1700 se produjo la muerte de Carlos II, rey de España. Le sucedió Felipe V, un miembro de la dinastía Borbón francesa. Sin embargo, muy pronto se formó un bando dentro y fuera de España que no aceptaba al nuevo rey y apoyaba al pretendiente el Archiduque Carlos de Habsburgo. 

El conflicto era visto desde dos perspectivas:
Por un lado, ingleses, holandeses e imperiales veían que el ascenso al trono español de Felipe V representaba la hegemonía francesa y la temida unión de España y Francia bajo un mismo monarca. Formaron entonces la denominada Gran Alianza y propusieron, como alternativa a Felipe V, al archiduque Carlos de Austria (hijo del propio Leopoldo). 
En cambio,dentro de España, el problema era visto de una manera diferente. Para los españoles Felipe V representaba el modelo centralista francés, que era apoyado por la Corona de Castilla; mientras que Carlos de Habsburgo personificaba el modelo foralista, apoyado en la Corona de Aragón y, especialmente, en Cataluña.
Así comenzó la Guerra de Sucesión, un conflicto que se empezó allá por 1701 y que no tardó en convertirse en uno de los más cruentos en la historia de nuestro país.Ya fuera por las muertes, ya fuera por lo extensa que fue la contienda, pocos años después se iniciaron una serie de conversaciones en las que se intentó lograr la paz entre ambos contendientes. 
Concretamente, las primeras reuniones en favor de la paz se remontan hasta 1709, cuando se alumbró en La Haya un documento que fue presentado al monarca francés posteriormente.El galo se negó, pero retiró a los soldados de su país de la Península Ibérica para no entrometerse más de lo necesario y no favorecer un conflicto internacional.

Tres años después, tras una extensa lista de intentos fallidos de negociación, comenzó el verdadero camino hacia la paz. Y es que, fue entonces cuando comenzaron las conversaciones que -a la postre- darían como resultado la paz. Estas se iniciaron en Utrecht y, para desgracia general, fueron acompañadas de constantes batallas. Algo lógico en aquellos años, pues se consideraba que cualquier victoria lograda por las armas en el campo de batalla derivaría en ventajas diplomáticas y presionaría todavía más al perdedor a firmar un pacto poco favorable.
La guerra terminó con el triunfo de Felipe V, junto a las victorias militares de Almansa, Briguega y Villaviciosa, un acontecimiento internacional fue clave para entender el desenlace del conflicto: Carlos de Habsburgo  heredó en 1711 el Imperio alemán y se desinteresó de su aspiración a reinar en España. Sus aliadas, Inglaterra y Holanda, pasaron en ese momento a ver con prevención la posible unión de España y Austria bajo un mismo monarca.
Finalmente, en 1713 se llegó a un acuerdo entre los diferentes contendientes, lo cual llevó a la firma del Tratado de Utrecht. En éste se plasmó lo siguiente:
      1)Felipe V era reconocido por las potencias europeas como Rey de España pero renunciaba a cualquier posible derecho a la corona francesa.
      2)Los países bajos españoles y los territorios italianos de Nápoles y Cerdeña pasaron a Austria. Además, el reino de Saboya se anexionó la isla de Sicilia. 
     3)Inglaterra obtuvo Gibraltar, Menorca y el navío de permiso. Esto era un derecho limitado a comerciar con las Indias españolas. Por si todo esto fuera poco también obtuvo un permiso para comerciar con esclavos en las Indias. 
En el siguiente mapa podemos observar donde se encontraban las posesiones que España perdió tras el Tratado de Utrecht.  

Como podemos darnos cuenta, algunas de las consecuencias de este tratado tienen su reflejo en la actualidad: España perdió Gibraltar en 1713 y desde entonces sigue siendo posesión británica. En cambio no ocurrió lo mismo con Menorca, que volvió finalmente a manos españolas casi un siglo después. 
Por otro lado, tras este tratado España se quedó sin sus posesiones en Europa, lo que la convertía en una potencia de segundo orden dentro del continente. Las pérdidas de Flandes, Luxemburgo y las zonas italianas no fueron a la larga demasiado graves para España, pues aportaban más problemas que beneficios. Sin embargo, las ventajas comerciales en América que se se le concedieron a Inglaterra abrieron una grieta en el monopolio español con sus colonias que traería graves perjuicios a España. Sin duda, a largo plazo, esto fue lo más negativo que trajo el Tratado de Utrecht a España, ya que el navío de permiso permitía a Inglaterra introducir cada año un barco de quinientas toneladas con productos ingleses,  mientras que por el Asiento, los ingleses tenían el monopolio de la introducción de esclavos negros en las colonias españolas. Ambas concesiones, además de producir importantes beneficios económicos para Inglaterra, ayudaron a ésta a romper el monopolio comercial que España tenía con sus colonias, pues les permitió iniciar un comercio fructífero, tanto legal como de contrabando, con estas zonas. Fue éste uno de los factores que contribuyó a potenciar el deseo de independentista de las colonias españolas en América. 

LOS SEÑORES DE LAS FINANZAS: LOS CUATRO HOMBRES QUE ARRUINARON EL MUNDO

La Gran Depresión tuvo su lugar de origen en Estados Unidos, con la caída de la bolsa el 29 de octubre de 1929. Esto tuvo un efecto dominó, ya que rápidamente se extendió a casi todos los países del mundo, por lo que ya nos podemos hacer una pequeña idea, al menos, de la situación que vivieron las personas en aquella época. Actualmente, como todos sabemos, el mundo también se encuentra inmerso en una gran crisis, que comenzó en el año 2008 y que perdura hasta la actualidad; es por ello que al leer el libro Los señores de las finanzas de Liaquat Ahamed,
nos lleva a preguntarnos si quizá esta crisis que estamos viviendo pudiera tener algún tipo de similitud como la que ocurrió en 1929. Para poder contestar a esa pregunta es necesario comentar que el desplome económico ocurrido entre 1929 y 1933 no se trató de una única crisis, sino de una serie de crisis que fueron rebotando de un lado a otro y cada una de las cuales se iba alimentando de la anterior. 
El primer hecho a destacar es la interrupción de la entrada de capital norteamericano en Europa en el año 1928, lo que condujo a Alemania a la recesión. Alemania se encontraba recibiendo numerosos créditos a corto plazo, cuando los tipos de interés de Estados Unidos subieron ésta se encontró cada vez con mayores dificultades para refinanciar los préstamos, por lo que tuvo que elegir entre una deflación o el impago de las deudas. La situación era bastante grave y a ello debemos añadirle que Alemania se encontraba recien salida del golpe de la hiperinflación y ligada a las normas del patrón oro, lo que complicaba aún más la situación.
A continuación ocurrió el Gran Crac de Nueva York, en el que las acciones perdieron el contacto con la realidad, sobre valorándose entre un 30 y un 40%. Esta situación trajo como consecuencia la pérdida de la riqueza  en términos del PIB y una fuerte disminución de las inversiones. Contra esta situación las autoridades tuvieron que reaccionar, y lo hicieron bajando los tipos de interés del 6 al 2% en el primer año. 
Por si el mundo no tuviera bastante con todos estos acontecimientos entre los años 1931 y 1933 tuvieron lugar una serie de pánicos bancarios que se iniciaron con la quiebra del Banco de Estados Unidos. Esta quiebra tuvo su origen con una serie de dudas que se crearon acerca de la seguridad de los intermediarios financieros, ya que estos habían experimentado grandes pérdidas. Dichos temores fueron provocando en estos años unas situaciones de pánico en las cuales los depositantes retiraron su dinero de los bancos y fueron acumulando monedas, lo cual hizo que numerosos bancos se vieran en la quiebra, por lo que el crédito bancario se llegó a contraer casi un 40%.

Finalmente, en 1931 la desaparición de la confianza en los bancos y monedas europeos provocó que Alemania y gran parte del resto de países de Europa Central impusieran controles de capital y no pudieran hacer frente al pago de sus deudas, lo cual propagó un miedo que acabó con la salida de Gran Bretaña del patrón oro. Más tarde, los demás países europeos también irían abandonando el patrón oro y poco a poco sus economías volvieron a resurgir. 
Como hemos podido observar, algunos de estos hechos que ocurrieron en el mundo tienen una cierta similitud con la situación actual del mundo. Por ejemplo, el Gran Crac tiene su similitud con la caída del mercado de valores en el año 2000; los pánicos bancarios ocurridos entre 1931 y 1933 tienen muchas características en común con la actual crisis financiera, ya que esta crisis ha originado pánicos masivos en el sistema financiero por banqueros e inversores que retiran su dinero de instituciones financieras de todo tipo. Aunque podríamos destacar, sin ánimo de alarmar a nadie, que esta crisis actual que estamos viviendo es aún mucho más virulenta, ya que vivimos en un mundo tan informatizado e interconectado que con tan solo un clic podemos retirar enormes cantidades de dinero.
Pero lo más importante de todo esto es: ¿Existe algún responsable de todos estos echos? La realidad es que son varios a los que se pueden culpar en cierta medida. En primer lugar, los políticos que presidieron la Conferencia de Paz de París, ya que cargaron con un excesivo endeudamiento internacional a una economía mundial que aún trataba de recuperarse. Los segundos grandes culpables fueron Montagu Norman, Benjamin Strong, Hjalmar Schacht y Émile Moreau. A pesar de que todos ellos lucharon por mitigar algunos de los peores errores políticos que entrañaban las indemnizaciones y las deudas de guerra, fueron más responsables que nadie del segundo error fundamental de la política económica de los años veinte: la decisión de que el mundo regresase al patrón oro.
Al principio comentábamos si todos estos hechos que acabamos de citar que ocurrieron en el mundo podrían volver a suceder. A lo largo de esta publicación hemos ido viendo las similitudes de algunos de los acontecimientos ocurridos con hechos muy recientes en el mundo, sin embargo, no debemos alarmarnos por ello, pues esto sirvió para que los grandes economistas del mundo aprendieran de las decisiones erróneas que se tomaron durante aquella época y no volver a cometer los mismos errores en la actualidad. 

sábado, 7 de enero de 2017

EL VOTO ESPAÑOL

Como ya sabemos, actualmente en España la Constitución vigente regula que para que una persona pueda votar es necesario que haya cumplido la mayoría de edad (18 años), que tenga plena capacidad de obrar, es decir, que no se encuentre incapacitado por sentencia judicial firme y, por supuesto, ser ciudadano español. Pero en la historia de nuestro país esto no ha sido así siempre, cada vez se ha ido evolucionando un poco más hasta llegar a encontrarnos en la situación de nuestros días, y es en ese proceso en el que nos vamos a centrar.
http://proyectoaprender.es/es-ES/areas-2/5-e-primaria/c-sociales-5ep/495-constitucion-espanola-1978-6-de-diciembre-5ep

El primer momento que podríamos destacar de toda esta trayectoria es la Revolución de la Gloriosa en 1868, esta época supuso el final del reinado de Isabel II y el inicio de un gobierno provisional, por lo que trajo la convocatoria a Cortes en las cuales podían participar por primera vez todos los ciudadanos españoles mayores de 25 años (al decir ciudadanos estamos excluyendo a las mujeres, que en esa época aún era impensable que pudieran votar). Era la primera vez en la historia de España que podían votar con independencia de la riqueza que poseyeran, ya que hasta entonces había un sufragio censitario, que estaba marcado por la riqueza que tuviera cada persona. De esta forma se excluía a una gran parte de la población, de manera que siempre votaban las personas de la alta aristocracia, adoptando así gobiernos que favoreciesen las condiciones de vida de estos. Así el país se encontraba siempre en la misma situación, era imposible avanzar hacia un nuevo mundo. 
Este nuevo criterio para el sufragio quedó asentado un año más tarde con la Constitución de 1869, la más liberal redactada en España hasta el momento. Dos años más tarde se redujo la edad necesaria para poder ejercer el derecho al voto, quedándose en 21 años. 
A pesar del progreso que parecía que había ocurrido en España este avance duró bien poco, pues en el año 1879 se volvió al régimen monárquico, en el que se volvió a redactar una Constitución mucho más absolutista, en la que no se hacía mención alguna de los derechos liberales. Entonces, una nueva Ley Electoral de 1878 volvía a introducir el sufragio censitario. Todo el avance que se había conseguido se vio desmoronado en menos de diez años. 
Años más tarde, con la Ley Electoral de 1890, elaborada bajo el gobierno liberal de Sagasta se restablecía el sufragio universal masculino, el cual perduraría en nuestro país hasta la actualidad, si bien hay que recordar que durante la época de la dictadura no existió sufragio alguno. Además hay que mencionar que desde que se implantó el sufragio masculino universal hasta hoy ha habido varios cambios en cuanto a la edad mínima necesaria para poder ejercer este derecho. 
Si bien ha quedado clara la evolución del sufragio para los hombres, hay que recordar que a las mujeres las hemos tenido excluidas durante todo este tiempo, y no es hasta la Constitución Republicana de 1931 cuando se reconocen sus derechos. 
http://historiaespana.es/edad-contemporanea/constitucion-espanola-1931

El voto femenino llegó tan retardado a España por una series de circunstancias en las que se encontraba el país como por ejemplo, el retraso que había en la industrialización, que anclaba a la sociedad española en una economía agraria y tradicional, ajena por completo a las necesidades de mejor educación y capacitación profesional para las mujeres que exigía el capitalismo.Además el absolutismo monárquico con sus ideas tradicionales y conservadoras, y el destacado papel de la iglesia, mantuvieron a la mujer alejada de los temas políticos, actividad que se consideraba típica de hombres y que la alejaría de su papel de esposa y madre. 
Las mujeres que trascendían del ámbito doméstico se agrupaban con un fin de caridad cristiana, aunque lentamente se fueron preocupando por su situación social, requiriendo ser tenidas en cuenta en los terrenos laborales y culturales. Poco a poco se fueron haciendo en numerosas agrupaciones y asociaciones. Así, a finales de 1919 se presentó un proyecto, perteneciente a Burgos Mazo, el cual nunca llegó a tratarse, pero en el se le permitía a las mujeres mayores de 25 años ejercer su derecho al voto, aunque tenían que hacerlo un día diferente al de los hombres. 
Cuatro años más tarde, en 1923, establecida la dictadura de Primo de Rivera, se concedía la posibilidad de que ciertas mujeres que se encontrasen emancipadas, solteras y fueran mayores de 23 años pudieran votar . 
Finalmente, como ya bien habíamos comentado anteriormente fue en 1931 con la proclamación de la República cuando la igualdad de sexos pasó por fin a ser una realidad con la aprobación de la nueva Constitución. Sin duda esta nueva constitución fue un antes y un después en los derechos de la mujer.
http://laiirepublica.blogspot.com.es/2012/04/el-sistema-electoral-durante-la-ii.html