Mongolia es un país soberano, sin acceso al mar, situado entre las regiones de Asia Oriental y Asia Central.
En los primeros años de la década de 1990, la economía de Mongolia experimentó una importante transformación, pasando gradualmente de ser un sistema de planificación central a
una economía de mercado. Los efectos económicos de los cambios fueron muy variables,
introduciendo un cierto grado de desorden en la actividad económica, muy dependiente de la
minería, de la ganadería y de las ayudas externas.
La economía de Mongolia ha sido una de las de más rápido crecimiento del mundo entre 2011 y
2013, resultado de las fuertes inversiones realizadas en el sector minero y de las exportaciones
de minerales. En 2014, el PIB creció el 7,9% interanual frente al 11,7% en 2013, atribuible en su
mayor parte al desplome del 80,7% de la inversión extranjera.
En 2015, el crecimiento económico registró una fuerte desaceleración hasta el 2,3% interanual
desde el 7,9% en 2014, por unas políticas macroeconómicas menos expansivas que en años
anteriores, la caída de los precios de los minerales y la fortaleza de la moneda, que perjudicaron
a las exportaciones, y la caída de las inversiones extranjeras en un 33,8% interanual. La segunda
fase del mayor proyecto minero del país, la mina de cobre y oro de Oyu Tolgoi, prácticamente no
avanzó a lo largo del año, condicionado por la financiación y los permisos medioambientales.
Además, la multinacional Río Tinto, que tiene los derechos de explotación, no parece tener gran
interés por avanzar dados los bajos precios actuales del cobre en los mercados internacionales.
Analizando el crecimiento del PIB en 2015 por el lado de la oferta, tenemos una reducción en
todos los sectores, aunque se mantuvo alto en la industria, que contribuyó en 2 puntos
porcentuales al crecimiento, y en la agricultura, que creció un 10,7% y contribuyó en 0,9 puntos
al crecimiento. La producción industrial creció un 8,8%, sin embargo la caída del 1,4% en la
construcción redujo el crecimiento en el resto de la industria al 0,6%. El crecimiento del sector
servicios se contrajo un 1,1%, restando 0,7 puntos porcentuales al crecimiento del PIB. Por el
lado de la demanda, la contracción de la inversión un 22,7% restó 9,9 puntos porcentuales al
crecimiento. El crecimiento del consumo disminuyó un 4,6% por la caída del consumo público,
reduciendo su contribución al crecimiento del PIB en 3,2 puntos porcentuales. Las exportaciones
netas, contribuyeron en 9,1 puntos porcentuales al crecimiento.
En 2015, la inflación se redujo al 6,6% interanual desde una tasa del 12,8% en 2014. Diversos
factores contribuyeron a la reducción de los precios, como la bajada de los precios de los
alimentos, que tienen un gran peso en el índice de precios al consumo, la contracción de la
demanda interna y la política monetaria restrictiva.
El Banco de Mongolia ha recurrido frecuentemente a recortes de los tipos de interés como
medida para hacer frente a las tensiones inflacionistas. En 2014 y 2015 subió los tipos de interés
en dos puntos y medio porcentuales en total, del 10,5%, hasta el 13%.
Las previsiones de crecimiento no son muy favorables, a pesar de los abundantes recursos
minerales con que cuenta Mongolia. El país debe hacer frente a presiones de balanza de pagos
y de capital por el bajo nivel de inversión extranjera directa y de los precios de las materias
primas. Además, la deuda pública ha crecido significativamente, en términos nominales
equivalente al 77,4% del PIB en 2015, y hay recelos sobre la situación del sector bancario,
que ha llevado a cabo una rápida expansión del crédito en los dos últimos años.
Mongolia tiene una economía predominantemente de servicios, contribuyendo este sector en
un 50% a la formación del PIB. Por otro lado, el sector minero tiene un gran peso en la
actividad económica, ya que el país cuenta con unas de las mayores reservas mundiales de
cobre, y además tiene reservas considerables de carbón, petróleo y de otros minerales, como
zinc, hierro y oro . Por ello, la actividad económica es muy sensible a la evolución de los precios.
de los minerales en los mercados internacionales, sobre todo del cobre, y a la Inversión
Extranjera Directa en la minería. La fuerte desaceleración económica registrada entre 2008 y
2010 se debió más a la caída de los precios del cobre en los mercados internacionales y a la
reducción de la inversión extranjera en la minería que a los efectos de la crisis financiera
internacional. Entre 2011 y 2013 la economía de Mongolia registró crecimientos interanuales del
PIB de dobles dígitos coincidiendo con las fuertes inversiones extranjeras realizadas en el gran
proyecto minero de de Oyu Tolgoi. Por el contrario, el desplome de la inversión extranjera
directa, relacionada con la inversión en los proyectos mineros, en 2014 y 2015 ha sido el
principal responsable de la fuerte desaceleración del crecimiento económico registrado en los
dos últimos años.
Estos resultados muestran la alta correlación del crecimiento económico de Mongolia con la
evolución de la demanda internacional de los minerales que extrae, especialmente cobre y
carbón. Según algunos analistas, este impacto podría resultar dramático si no se toman medidas
para corregir la balanza de pagos y para equilibrar los presupuestos del estado, ante la
incapacidad de los bancos nacionales para financiar al gobierno.
El índice de Gini para Mongolia es de 33,1, lo que
significa que el país se encuentra dentro de la media mundial de distribución de renta, con una
distribución parecida a la de muchos países desarrollados, como España, aunque con una renta muy inferior. En concreto, el PIB per cápita en
2015 fue de 4.280 dólares. En 2015 se estimaba que un 21,6% de la población vivía por debajo
de la línea de pobreza.
Mongolia es muy dependiente de la exportación de minerales. Las exportaciones de cobre
concentrado, carbón, hierro y crudo de petróleo significaron en 2015 el 74% de sus
exportaciones totales y el 85% de las exportaciones de minerales. El precio internacional de
estos productos y su demanda están altamente relacionados con la evolución de la economía
mundial y, especialmente, de la de sus vecinos, lo que hace muy vulnerable a la economía de
Mongolia. A su vez, Mongolia depende de fuentes de energía externas. Alrededor del 20% de sus
importaciones son combustibles, gasolina y aceites minerales, en su mayoría procedentes de
China y Rusia.
Todos los datos numéricos han sido sacados de la página del Banco Mundial.
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